Desde que abriera sus puertas allá por 1926, Confitería Rialto ha sabido crear y mejorar las que hoy en día están consideradas como algunas de las especialidades por excelencia de la repostería asturiana.
Es una pequeña empresa familiar pensada y creada para modernizar el gremio de la confiteria artesana y dotarlo de las instalaciones y medios necesarios para convertirlo en un sector puntero a nivel nacional.